<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar.g?targetBlogID\x3d20217641\x26blogName\x3dDiario+de+una+Cabrona\x26publishMode\x3dPUBLISH_MODE_BLOGSPOT\x26navbarType\x3dBLACK\x26layoutType\x3dCLASSIC\x26searchRoot\x3dhttps://diariodeunacabrona.blogspot.com/search\x26blogLocale\x3dfr_CH\x26v\x3d2\x26homepageUrl\x3dhttp://diariodeunacabrona.blogspot.com/\x26vt\x3d4470796208863506427', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Diario de una Cabrona

Cruel, vil y malérrima

Acto Solemne


La oficina estuvo a reventar el otro día. El motivo: un puto acto solemne, con prensa y todo (y esa fotógrafa que no se me quita de la cabeza); la entrega del premio al mejor escupitajo lanzado hacia arriba desde un taburete de 40 centímetros.
Una puta mierda, vaya.

No diré que se habían presentado cinco gilipoyas con sus mejores escupitajos, tampoco diré que el primer premio quedó desierto a causa de la falta de inspiración de la clase media.
Sí diré que tuve que aguantar el desfile interminable de macro-jefes, súper directores, gerentes, intendentes y otras clases de animales repugnantes y armarme de mi más cínica sonrisa para no desentonar.

¿El premio para los gilipoyas? Un buen cheque, a cuenta del contribuyente.
¡Manda güevos!
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

» Enregistrer un commentaire