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Diario de una Cabrona

Cruel, vil y malérrima

Americ-ano



Ayer en el País, la última columna la firmaba la Lindo y contaba una absurda historia, de esas que sientan jurisprudencia en el país de los subnormales profundos (léase EE.UU).

Recuerden simplemente el nefasto día en que a una estúpida mamarracha se le ocurrió denunciar al MacKK por haberse quemado la lengua con el café ardiendo (subnormales, he dicho) y desde entonces los cafés de la cadena ponen en grande (eso sí, DEBAJO del envase) una advertencia sobre la temperatura, las lenguas y su relación de causa-efecto.

Pues parece ser que a un retrasado que la Lindo llama eufemísticamente “zoquete” se le ocurrió denunciar a una empresa que le vendió una caravana con navegador porque al escribir “Indianápolis” en el mismo e irse a fumar un pitillo (dejando la caravana sola, convencido de que el navegador no era sino una suerte de piloto automático) se empotró. Gilipoyas!

A los subnormales profundos (ya saben) les queda denunciar al hijoputa de su presidente porque nadie les había avisado de que él era el más retrasado del país. A partir de ahora etiquetarán los culos de los elegibles advirtiendo, en negrita, de las relaciones causa-efecto de echar un papelito en una urnita.


P.D: Sharon no se muere pero cómo sufre el cabrón!
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At 1/12/2006 04:31:00 AM, Blogger Sili[k] said...

Pues qué quieres que te diga, a mí me encantaría ser norteamericana, tragarme todos los bolis bic que llevo en el estuche, denunciar a la compañía y que me pagasen una indemnización...

 
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