<body><script type="text/javascript"> function setAttributeOnload(object, attribute, val) { if(window.addEventListener) { window.addEventListener('load', function(){ object[attribute] = val; }, false); } else { window.attachEvent('onload', function(){ object[attribute] = val; }); } } </script> <div id="navbar-iframe-container"></div> <script type="text/javascript" src="https://apis.google.com/js/platform.js"></script> <script type="text/javascript"> gapi.load("gapi.iframes:gapi.iframes.style.bubble", function() { if (gapi.iframes && gapi.iframes.getContext) { gapi.iframes.getContext().openChild({ url: 'https://www.blogger.com/navbar/20217641?origin\x3dhttp://diariodeunacabrona.blogspot.com', where: document.getElementById("navbar-iframe-container"), id: "navbar-iframe" }); } }); </script>

Diario de una Cabrona

Cruel, vil y malérrima

Procrear

Me apetece tener un hijo, me dice.

No, nena, apetecer, te apetece tomarte una caña, follarte a la camarera del bar de moda o leerte lo último de Ussía , pero tener un hijo NO te puede apetecer.


¿O te crees que vamos a estar todos los demás contribuyentes pagándote la puta baja por maternidad y los días libres para llevar el crío al pediatra? ¿O te crees que vamos a levantar los demás el país mientras tú te revuelcas en tu horario razonable y compatible con la vida familiar?
De eso nada, si no eres una maldita funcionaria, tener un hijo no puede ser una cuestión de apetencia, tendría que ser, como mínimo, prurito.
« Home | Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »
| Next »

No comment

» Enregistrer un commentaire